Niñas pintando sobre papel estraza
Taller de creatividad con escolares | LAURA TARRAZO
  1. Para CREAR. Para hacer, para producir cosas por nosotrxs mismxs. En la insostenible sociedad de consumo en la que ya nos encontramos inmersxs, son pocas las oportunidades de generar algo original, único y propio. Todo ha sido ya inventado y convertido en tutorial de Youtube. ¿Qué tal si nos damos la oportunidad de enfrentarnos al vacío del papel en blanco?.

  2. Para PENSAR. Si, cuando hablamos de Educación Artística, hablamos de pensamiento. Dejar de confundir las llamadas manualidades (ejercicios de habilidad motriz dirigidos por criterios externos a nosotrxs mismxs), con la expresión artística personal es una de las tareas pendientes para muchos educadores del siglo XXI.

  3. Para REINVENTAR. La conformista frase “todo está inventado ya” no puede pertenecer a una generación que tiene la ardua tarea de reinventar el mundo que sus abuelxs, padres y madres se están encargando de reventar. Los coetáneos de Greta Thunberg y todxs lxs que la seguirán tienen la obligada labor de buscar soluciones innovadoras y creativas a problemas profundamente enraizados en nuestra sociedad.

  4. Para CONOCER. Conocer puntos de vista y formas de hacer ajenas a nosotrxs, nos ayuda a abrir nuestras mentes y a aceptar la diversidad y la diferencia como algo enriquecedor y positivo. Explorar las singulares formas de expresión artística a lo largo de nuestra historia nos permite comprender mejor el mundo en el que vivimos y convertirnos en personas más abiertas y tolerantes.

  5. Para REFLEXIONAR. El arte siempre ha sido un medio de reflexión, crítica y auto crítica con un enorme poder terapéutico. Potencia el conocimiento y desarrollo personal mediante la adopción de diferentes roles, la generación de ideas propias y el autoconocimiento.

  6. Para DISFRUTAR. El aprendizaje y el disfrute pueden y deben ser compatibles. No existe una formación significativa sin la implicación y emoción propias de las actividades que nos satisfacen. Brindarle un cierto carácter hedonista a nuestras aulas nos ayudaría a transmitir otros valores siguiendo metodologías más abiertas y atractivas para el alumnado.

  7. Para EXPRESAR. La expresión propia ha de ser la semilla de la que nazca la verdadera educación artística. Nuestros intereses y motivaciones han de poder estar presentes de forma permanente en los trabajos que realicemos. Poder concebir el arte como un medio de expresión libre de juicios morales y estéticos ha ser considerado el objetivo primordial de toda asignatura artística.