Alumnos andando por un entorno verde
Decálogo presentado por la Societat Catalana de Pediatria

Los contaminantes del aire generados por el tráfico se concentran alrededor de un metro de altura, por lo que las criaturas respiran un aire más insano. Además, se debe tener en cuenta que no son "adultos en miniatura": su sistema inmune y su desarrollo neuropsicológico están todavía en formación, por lo que son más vulnerables a los problemas generados por los automáviles.

La exposición a la contaminación se ha relacionado además con distintos problemas de salud, que puede aparecer ya en la época prenatal: retraso en el desarrollo cognitivo, afecciones de las vías respiratorias superiores, aumento de neumonías, alteraciones en el sistema endocrino, relación con el cáncer infantil o el asma.

Por todas estas razones, la Societat Catalana de Pediatria urge a la administración a llevar a cabo medidas urgentes, que ha resumido en el siguiente decálogo:

  1. Pacificar el tráfico en los entornos escolares, priorizando la peatonalización y la restricción del tráfico motorizado, así como promover un cambio generalizado hacia el modelo de “Ciudad 30” para reducir de manera efectiva la velocidad del tráfico en todo el viario urbano.

  2. Creación de caminos escolares y carriles bici anchos y segregados para favorecer la movilidad escolar activa y promover la llegada al centro educativo y la salida de forma autónoma y segura.

  3. Priorizar la proximidad al centro escolar como criterio básico del área escolar, en beneficio de la infancia y de toda la comunidad para disminuir el número de desplazamientos motorizados diarios y promover la movilidad activa.

  4. Sustituir aparcamientos para coches de las calles contiguas a los centros educativos por aparcamientos para bicicletas, patinetes y zonas de espera, de encuentro y juego en el espacio público con arbolado, vegetación y agua, así como crear parkings de bicicletas y patinetes dentro de los centros educativos. Se recomienda la utilización de autobuses eléctricos en las líneas escolares.

  5. Monitorear las aulas: instalar sensores de calidad del aire y acústica como herramienta pedagógica y de mejora de la salud. Los valores de referencia que motivarán medidas correctoras serán los de la Organización Mundial de la Salud.

  6. Naturalizar los patios escolares y los entornos escolares con arbolado y plantas que contribuyan a mejorar la calidad ambiental proporcionando sombra, frescura y color a estos espacios, y mitiguen el efecto isla de calor (refugios climáticos). Aplicar principios de residencia arquitectónica y urbana para adaptar la escuela y su entorno al cambio climático.

  7. Realización de la actividad lectiva y no lectiva al aire libre siempre que sea posible (trasladar el aula a entornos naturales cercano al centro educativo al menos una vez a la semana).

  8. Puesta en marcha de iniciativas como la de “Entornos sin humo” o “Clase sin humo” para favorecer la eliminación de la exposición al humoambiental del tabaco en los entornos inmediatos de los centros educativos y prevenir el tabaquismo antes de la adolescencia, así como trabajar en actividades preventivas en el ámbito del consumo de alcohol y otras drogas.

  9. Establecer planes de salud medioambiental escolar para cada centro, con un diagnóstico escolar y con la participación de toda la comunidad educativa e incorporando la salud medioambiental en el currículo escolar.

  10. Incluir expertos y afectados en las decisiones en relación con la movilidad y los entornos escolares seguros y saludables e integrarlas en la redacción de los POUM (Planes de Ordenación Urbanística Municipal) y los PMUS (Planes de Movilidad Urbana Sostenible). Mediante estas acciones queremos conseguir unas condiciones equitativas, saludables y seguras en torno a todos los centros escolares con el fin de promover un presente que garantice el mejor futuro para nuestra infancia, favoreciendo su desarrollo y preservando su salud.

En definitiva, se trata no solo de pacificar el tráfico para reducir los accidentes y la contaminación, sino de crear entornos más seguros para que los niños puedan ir a la escuela andando o en bici de forma autónoma y tengan más contacto con la naturaleza.