María Zambrano en sus años de estudiante
  1. Si el hombre naciese como los demás seres vivientes que con él comparten este planeta, siendo ya lo que tiene que ser sin más que ir creciendo, desarrollándose por obra y gracia de la madre naturaleza, la educación no sería ni necesaria ni posible.
  2. El hombre es un ser escondido en sí mismo.
  3. Educar será ante todo, guiar al que empieza a vivir en esta su marcha responsable a través del tiempo. [Educar al alumno] será disponerlo a afrontar, en cualquier época de la historia que se trate, en cualquier región de la tierra, en cualquier régimen político y social, dentro de la clase a que pertenezca, será despertarle o ayudarle a que se despierte a la realidad en modo tal que la realidad no sumerja su ser, el que le es propio, ni lo oprima, ni se derrumbe sobre él.
  4. El maestro ha de ser como un guía también, ha de serlo deteniéndose al borde mismo de ese misterio del ser de cada uno que es su vocación. Cumple en plenitud si le ha dejado libre, entero, si ha dejado en libertad de nacer a ese ser intacto que a cada hombre se le da con su nacimiento. La acción reveladora del maestro, la respuesta verdadera a la demanda de ser reconocido del discípulo, sería dejarlo intacto en vía de despertar.
  5. La educación hay que considerarla en vista de y para, ante algo y para algo... Pues si no fuera así, si la educación no preparase para algo, sería un simple adiestramiento mecánico.
  6. En el juego llevado hasta el extremo (...) se muestra el ansia irrefrenada de algo que los humanos de antiguo conocen como privilegio de los antiguos dioses y más superficialmente de algunos animales, el poder transformarse.
  7. El juego es lo más serio en las actividades de la vida, y cuando así no es bien pronto se abandona.
  8. La división tajante entre juego y trabajo impide tener presente la vieja verdad de que la forma de todo humano hacer es el juego. (...) Desde los negocios de la política hasta el arte y el ejercicio del pensamiento. Y más resplandecientemente en la educación y en el estudio. Pues como es sabido y no recordado, escuela viene de ocio.  
  9. Nadie puede negar, ni siquiera desconocer, la estrecha relación que existe entre el pensamiento filosófico y la acción educativa.
  10. Para que una filosofía pudiese ofrecer al educador de hoy lo que en su menester necesita, habría de ofrecerle una idea y una imagen de hombre y de la realidad, del cosmos, es decir un conocimiento del hombre en su puesto excepcional en el universo. Pero algo más: un itinerario del trascender humano a través de todas las formas de realidad entre las que tiene que moverse. Una visión total y una guía; un cierto método también.
  11. El filósofo no se contenta con gustar de la vida, sino que quiere penetrar en ella, reduciéndola, haciéndola consciente, transparente a su razón
  12. Filosófico es el preguntar, y poético el hallazgo.