Ilustración de Zavrel

Zavřel, nacido en Praga en 1932, emigró a Italia en 1959 donde estudió Bellas Artes. Después de viajar por Europa (continuando sus estudios de escenografía y trabajando como director de películas animadas) regresó definitivamente a Italia. Vivió el resto de su vida en un pueblecito cercano a Treviso, Sàrmede, hoy convertido en lugar de peregrinación para ilustradores y admiradores de todo el mundo. El legado de Zavřel continúa hoy vivo en su pueblo adoptivo, gracias a la Fondazione Zavřel que en su sede, la Casa della fantasia celebra cada año la exposición Le immagini della fantasia, dedicada -¡como no!- a la ilustración infantil. La Casa della fantasia realiza además formación, actividades didácticas para escuelas y sirve de lugar de encuentro para autores, familias y editores. Un viaje que sin duda merece mucho la pena, porque Sàrmede es además un pueblo de cuento, donde muchas de las casas están cubiertas de frescos. Una tradición que inició Zavřel y que han continuado otros artistas.

La Adoración

Y por supuesto, donde continúa vivo Zavřel es en los libros que ilustró. Ahora están de moda los álbumes ilustrados y se cuida mucho su calidad, pero cuando Zavřel comenzó a realizar su trabajo, las ilustraciones eran un mero añadido al texto a las que no se concedía mucha importancia. Zavřel se rebeló contra esta idea tan aceptada: para él texto e ilustraciones tenían que complementarse formando un todo integrado. En algunos libros, él se encargó también del texto.

En sus dibujos, Zavřel recrea imágenes de su Checoslovaquia natal pasadas por el tamiz de su fantasía. Sus allegados cuentan que buscaba recuperar su infancia a través de su arte. El resultado son visiones oníricas, perspectivas imposibles -que en ocasiones recuerdan mosaicos bizantinos- que han pasado a convertirse en recuerdos de infancia de niños y niñas de todo el mundo.

Puede haber una forma distinta de ver los cuentos, diferente a la que creemos la única posible ~Štěpán Zavřel
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