En nuestra Casita ofrecemos un espacio amoroso donde los más pequeños puedan convivir en un grupo reducido y puedan crecer y aprender sin prisas y en función de sus necesidades e intereses.
Damos prioridad a los ritmos propios de cada niño, al juego espontáneo, al movimiento libre y a la naturaleza y a las salidas al jardín o al parque.
Vivimos los ritmos propios de cada día como en un Hogar familiar, cercano, alegre y tranquilo, con un apego seguro y consciente y así poder desarrollar sus habilidades y competencias de forma gradual e individual.