Nuestra acción educativa está inspirada en los intereses y necesidades de los niños y en la educación en valores, para lo que partimos de los siguientes principios metodológicos:
Aprendizaje constructivista: la actividad del niño es una pieza fundamental y el conocimiento se entiende como una interacción constante del niño con la materia que va conceptualizando.
Actividad: el niño es el protagonista de su propio proceso de enseñanza/aprendizaje a través de actividades globalizadoras, significativas y enriquecedoras para él/ella (pequeños proyectos, talleres, rincones, zonas, juego heurístico,…)
Globalización: supone que el aprendizaje no se produce por la mera acumulación de nuevos conocimientos, sino por el establecimiento de múltiples relaciones entre lo nuevo y lo ya sabido.
Juego: es un instrumento privilegiado para el desarrollo de sus capacidades.
Aprendizaje significativo: el niño debe poder establecer relaciones significativas entre sus experiencias previas y lo que se le presenta como novedad.