Nos basamos en los principios de la Educación Waldorf- Steiner
-Buenos días, ¿cómo ha dormido hoy?
-¿Entramos?
-¡Adiós! ¡Hasta después! Cantamos el buen día y también hacemos la ronda con todos los amigos y amigas.
-¡Hoy me he despertado yo primero antes que mis padres!
-Voy a lavarme las manos.
Como el desayuno que me ha preparado papá o mamá, sin prisas. Recojo y limpio la mesa. Salgo al jardín, a jugar con los columpios, a poner tierra en la carretilla y ¡a todo lo que se me ocurra! ¿Llueve? Con las botas de agua y el impermeable será genial, ¿me ayudas a ponérmelo? La maestra canta, vamos dentro, ¡hoy hacemos acuarela! -¡Despierto el pincel y a pintar! Recogemos entre todos para dejar la mesa como antes. Jugamos dentro del espacio, la cocinita, el mercado, las telas para disfrazarme, aviones, médicos, músicos, ¡hay de todo! También los juegos de regazo de la maestra.
-Es el círculo de la fruta, yo hoy llevo una manzana y Berta ¡fresas! Mmmm, gracias Berta.
-¿Y ahora fuera? En el arenal, a escalar al pino, a descubrir el bosque o ¡de excursión hasta el gran roble! Esto es un no parar... ¿y ahora qué? Me lavo las manos, para comer, cantamos y compartimos una comida. Adivina perro, adivina gato... ¿qué familia lo ha cocinado? - ¡Qué divertido es poner la mano en el jabón! Me lavo el plato y el vaso, y voy al columpio. La maestra toca la campanilla, es la hora del cuento de hadas, ya lo tiene todo preparado, y después le daré un abrazo y le diré "¡hasta mañana!", porque mis padres queridos ya han venido a buscarme.
Libertad y Responsabilidad.
Con sencillez y bondad, transcurre un día en la escuelita, con la confianza como principal amiga, con el esfuerzo y el trabajo conjunto, fortaleciendo el sentimiento de comunidad para crear relaciones sanas y enriquecedoras, para aprender a estar conmigo mismo, a escucharme y a estar con los demás y relacionarme desde mi única individualidad. Así es nuestra mirada, evidentemente la vida es de color rosa, pero también hay momentos en que no, y a veces hay conflictos, que acogemos con el máximo amor y escucha, con toda la ternura y serenidad de la que somos capaces, sin querer resolverlos al momento y dejando espacio para que pueda deshacerse el lío con palabras amables y respeto hacia cada uno. Para que este YO único: - pueda aprender a estar con los pies en el suelo y caminar despierto, le mostramos la realidad de las cosas,
- pueda estar con el corazón en la mano, le acogemos las emociones,
- pueda poner la mirada hacia el universo, le mostramos la magia.
¿A qué edad se debería dejar de usar el pañal?, ¿No sabes cómo gestionar las rabietas?, ¿Cómo poner límites sin recurrir a castigos? Consulta a una asesora en crianza respetuosa
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