En el año 2016 se inicia un proyecto de dirección en el centro educativo que plantea una nueva mirada hacia la persona y su desarrollo, desde una perspectiva cercana, familiar y respetuosa. Que apuesta por el acompañamiento a los procesos de aprendizaje y crecimiento de las diferentes personas que conforman la comunidad educativa.
El proyecto educativo de la escuela se sustenta sobre dos pilares fundamentales, que son los que dan sentido a todo lo que se irá desarrollando a lo largo de todo este proyecto de dirección:
● Una mirada respetuosa hacia los niños y sus procesos.
● Métodos pedagógicos centrados en metodologías activas.
Entendemos la escuela como un espacio de acompañamiento y respeto por los procesos de vida de los niños. Convivimos con los niños y las niñas con la voluntad de que se sientan reconocidos, aceptados, queridos; y puedan crecer en equilibrio y bienestar. Su progreso en la autonomía y la autorregulación de los propios procesos lo centramos en el desarrollo de las percepciones emocionales, motrices, sociales y cognitivas.
La estrecha relación entre límites y libertad permite un acompañamiento centrado en la protección y la seguridad, velando en todo momento para que prevalezca el sentido de responsabilidad.
Nuestra escuela es una comunidad de aprendizaje donde las relaciones humanas se producen dentro de un enfoque holístico, siempre a través de una mirada respetuosa y sistémica.
Los ambientes de aprendizaje deben ser motores para la reflexión, para la experimentación, por el descubrimiento, por la manipulación... donde cada niño pueda aprender a su ritmo y donde la diversidad sea vivida como una riqueza para el intercambio y la cooperación.
La modalidad de agrupamiento a nivel de centro se basa en la organización multigrado (grupo de distintas edades) para las dos etapas educativas de infantil y primaria, respetando esta segmentación como 3 grupos multigrado diferenciados por ciclos.
El objetivo fundamental que perseguimos con esta modalidad de agrupamiento es el respeto a la individualidad del alumnado, facilitando la evolución personal constante de cada uno. Posibilitando por otro lado, el aprendizaje a través de la interacción con iguales y adultos, en una continua y recíproca enseñanza mutua. Los niños más grandes ayudan a los pequeños, los cuales a su vez retroalimentan a los mayores con conceptos ya olvidados.
En un aula multiedad se reduce la competencia y se incrementa el espíritu de comunidad. La rivalidad entre compañeros tiende a ser reemplazada por la aceptación amigable de las diferencias, sobre todo cuando los niveles pierden su importancia mediante la diversidad de habilidades e intereses.
El crecimiento y desarrollo del ser tiene lugar junto con el crecimiento y desarrollo de la interdependencia, en el contexto de las relaciones con otros.
La agrupación multigrado sostiene que la efectividad del aprendizaje, la motivación para aprender y la estabilidad emocional de los alumnos aumenta cuando se permite al niño avanzar en el currículo según su ritmo.
Permitir que los alumnos convivan desde sus diferencias los despierta, permite que aprendan de las mismas, constituidas por diversos niveles de madurez y habilidad; y satisface las aspiraciones de desarrollo personal y social en el ámbito educativo (como lo propusieron Rousseau, Pestalozzi, Dewey y Piaget).
Rutinas diarias
Todos los días a las 9 de la mañana cada tutor/a recibe a los niños en el espacio exterior, en un punto de encuentro asignado a cada grupo. Los de tercer ciclo suben directos a su aula de forma autónoma.
Durante la primera parte de la mañana hasta el momento de recreo, las sesiones se dirigen hacia el trabajo más analítico, donde se abordan las tareas propuestas en la planificación semanal. El/la tutor/a acompaña de forma individual el proceso de cada uno, respetando su ritmo en base a sus capacidades y habilidades personales.
Se pretende favorecer el desarrollo cognitivo, a través de una programación globalizada que se desarrolla bajo un mismo eje conductor; que contempla, además de la adquisición de nuevos conocimientos, el desarrollo de habilidades y capacidades que impliquen la adquisición de herramientas para abordar nuevos retos, relacionados con el pensamiento analítico y crítico, con la búsqueda de información, el establecimiento de hipótesis, habilidades de razonamiento,...
Después del momento de recreo, las sesiones se dirigen a la consecución de otros aspectos del desarrollo, como la expresión artística en su vertiente musical y plástica, el desarrollo psicomotriz, la profundización educativa, el juego representativo, las salidas al entorno próximo, la Educación Física, la lengua extranjera en inglés, así como completar las propuestas del proyecto trimestral.
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