La Casa del Mar es un espacio para niños y niñas desde los dos hasta los seis años. Un lugar de relación y crecimiento. La continuidad de la crianza familiar.
Partimos de la confianza en que los niños y las niñas tienen la capacidad de elegir el mejor camino para desarrollar su potencial. Por ello, queremos fomentar que se mantengan conectadas y conectados en su interior.
La educación irá dirigida al cuerpo, a la mente, a las emociones y al espíritu, una educación holística. Los cuatro pilares donde se asienta nuestra mirada educativa; el AMOR, la LIBERTAD, el RESPETO y la AUTORREGULACIÓN son fundamentales para el desarrollo integral de los menores. Es muy importante tener en cuenta que el desarrollo de estos valores tiene que darse conjuntamente, ya que cada uno se complementa con el otro. No puede haber libertad sin respeto, o amor sin libertad.
Las áreas que se potencias en nuestro espacio son:
EL JUEGO COMO APRENDIZAJE. El juego es la clave del desarrollo infantil. En La Casa del Mar los peques tendrán a su disposición diferentes herramientas con las que desplegar su creatividad y sentirse respetados en sus momentos de juego.
PSICOMOTRICIDAD. El movimiento es vital y esencial para el crecimiento. El espacio tendrá diferentes niveles para facilitar el movimiento de los peques. Confiamos en la autorregulación de cada ser.
ARTETERAPIA. Ofrecemos un espacio, en el que los peques puedan expresar sus sentimientos y emociones a través de diferentes técnicas artísticas.
LENGUAJES EXPRESIVOS. La música, el teatro y la danza forman parte de nuestras actividades cotidianas, como medios para la expresión de la creatividad.
La Casa del Mar cuenta con un espacio interior adaptado a los peques con juegos y materiales principalmente reciclados y naturales y un amplio espacio exterior que consta de un patio y un terreno con árboles y espacio para jugar y desarrollar las actividades. Este espacio consta con un arenero, un huerto ecológico y estructuras de troncos seguras para el juego y disfrute de las niñas y niños. Además, nuestro espacio se encuentra a dos minutos de la playa, nos envuelve un entorno natural especial, haciendo propicio un ambiente relajado y armónico.
Las educadoras acompañamos la emoción del niño y la niña y estamos disponibles para ello.
La presencia educativa es consciente y la observación es el pilar de nuestro acompañamiento. Observamos lo que sucede con la menor intervención posible, dejando que los peques sean quienes son y actúen desde sí mismos. “Estimular la vida, dejándola libre de desenvolverse; he aquí la misión del educador” María Montessori.
Las educadoras también nos observamos a nosotras mismas, ya que nuestro acompañamiento es un trabajo de renovación y revisión constante.
La implicación de la familia es una necesidad primordial. La familia estará en el espacio cuando necesite y sienta.
La puerta de La Casa del Mar está abierta a las familias para participar en las actividades diarias, proponer iniciativas nuevas, compartir inquietudes educativas, en definitiva, colaborar presencialmente en el proyecto como cada familia sienta y quiera.