Olea es una iniciativa personal de educación y crianza que defiende el método científico como herramienta de trabajo. No estamos vinculados a ninguna ideología (ni Waldorf, ni Montessori, ni Reichanos, ni Libertarios, ni Educación Viva, ni Pedagogía 3000, ni Pedagogía Sistémica, ni …), no obstante coincidimos con ellas en algunos conceptos.
Olea es, sobre todo, un lugar de encuentro. Niños y adultos nos juntamos por las mañanas, en un entorno preparado, que pensamos puede satisfacer ciertas necesidades de crecimiento de nuestros hijos, para compartir recursos e ideas. No delegamos en nadie la educación de nuestros hijos y cada familia se hace responsable de los suyos. Todas las mañanas, además de jugar incansablemente, almorzamos, proponemos talleres, ponemos música y contamos cuentos.
Olea no es una escuela. No hay maestros ni acompañantes.
Olea es un proyecto personal compartido con padres y madres que tienen plena confianza en las capacidades de sus hijos para aprender y ser protagonistas de sus propios procesos de aprendizaje.
En Olea, los padres intentamos respetar el ritmo de cada niño, sin forzar su proceso madurativo, y hemos observado como cada niño aprende lo que necesita. No hay presiones, ni expectativas, tampoco hay exigencias ni juicios.
En Olea las necesidades de nuestras hijas e hijos, tanto físicas como emocionales, tienen su espacio y su tiempo, siempre sin juicios ni valoraciones. Con unos límites claros, sencillos, ajustados a las edades y respetuosos.
Olea está en una finca de olivos en la que hemos construido diferentes espacios para los niños: casetas, areneros, mesas de agua, zona de potingues, zonas de juego simbólico, columpios y estructuras para trepar, zonas donde jugar al fútbol, al baloncesto, al voleibol y otros juegos de pelota inventados, espacios para hacer manualidades, para almorzar, para hacer o escuchar música, etc.
Los niños se mueven líbremente por Olea y por los campos, montañas y barrancos vecinos y mientras, los padres, atendemos sus necesidades concretas como contar un cuento o un relato, preparar los elementos para un experimento, atender la mesa de la arcilla, revisar las pinturas,realizar un taller de música, etc. Somos los padres los que acompañamos los conflictos, los lloros y las risas, nosotros diseñamos las propuestas que nos piden los niños y ofrecemos otras que ellos desconocen y que a veces aceptan y a veces no.
Estar presente de forma respetuosa con los niños requiere de un gran esfuerzo, abandonar la incontinencia didáctica y desescolarizar el pensamiento y, para que todo ello pueda darse, realizamos una reunión gestora semanal, donde hablamos de lo ocurrido durante la semana y diseñamos, pensamos y organizamos los talleres para la siguiente.
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