PROYECTO: Me presento, soy Ione y El Río de Iris es un proyecto de madre de día en La Navata - Galapagar rodeado de un entorno que nos permite hacer salidas diarias para conectar y aprender a través de la naturaleza.
El Río de Iris es un espacio de crianza donde existe el tiempo para conocer, hacer, convivir y ser. Donde se acompaña a través de la escucha, el respeto y la confianza en cada ser único. Donde se camina de la mano de la familia en una misma dirección. Donde los espacios interiores y exteriores están preparados para crecer y aprender de manera autónoma.
Es un espacio donde se crea día a día un segundo hogar lleno de confianza para poder ir creciendo poco a poco, con tiempo y cariño. Un espacio donde se crea una familia y los retos que van apareciendo, los vamos acompañando respetando la necesidades individuales de cada niña y cada niño.
BASES PEDAGÓGICAS: En El Río de Iris se trabaja con metodologías activas ya que las competencias que se buscan en este tipo de metodologías son: bienestar emocional, creatividad, cooperación, solidaridad, pensamiento crítico, autonomía todas esenciales para la sociedad actual.
Cuando hablamos de metodologías activas partimos de la creencia en las potencialidades y competencias naturales del niño. Del respeto a los procesos de vida y del desarrollo auténtico, consecuencia de la interacción entre el organismo y el entorno.
El Río de Iris se inspira de diversas fuentes psicológicas (Jean Piaget, Lev Vygotski , Jerome Bruner ,David
Ausubel, Howard Garner ,Daniel Golem), pedagógicas (Escuela Nueva ,Rebeca Wild, Reggio Emilia, Emmi Pikler, Bosquescuela, Francesco Tonucci, Ken Robinson, DisciplinaPositiva, Educación Creadora) y de la neurociencia (Daniel J. Siegel/Tina Payne , Álvaro Bilbao). Cada una de estas corrientes me ha aportado una idea, una emoción, una inquietud que me ayuda a entender y a respetar a la infancia y su proceso de aprendizaje.
SOBRE MI: Hace 10 años despertó algo en mi interior que me hizo mirar a la infancia de una manera consciente y
comencé a entender, desde su ser, como eran los niños. Me di cuenta, que la infancia no es algo que
debemos rellenar, sino que son niñas y niños y como tales, tienen otro ritmo de aprendizaje, el cual debemos comprender y respetar. Por ello, cada niño, como ser único, con sus diferentes procesos de
comprensión, tiene derecho a un cuidado de calidad y una educación que procure el desarrollo de sus diferentes potenciales.
Este cambio de pensamiento revolucionó mi interior y mi vida en general. Cambié de rumbo y me centré en la infancia, formándome como:
Técnico en educación infantil, Bosquescuela, Disciplina positiva, Educación Creadora y Pedagogías activas.
La oportunidad de poder acompañar a niñas y a niños en el período más importante de sus vidas es un regalo de la vida del que estoy profundamente agradecida.