Hoy La Vanguardia publica un artículo sobre las escuelas que ya trabajan sin asignaturas, notas, ni libros de texto. Hace unos días, ABC publicaba que los colegios de jesuitas de Cataluña ya trabajan por proyectos. Dan ganas de ser optimista, y pensar que de seguir así, pronto este tipo de educación ya no será alternativa. Pero después de leer los comentarios que dejan muchos lectores, los pies vuelven a tierra y me doy cuenta de todo el trabajo que queda por hacer. De la presión que deben sufrir los profesores que intentan llevar a cabo cambios, con esos padres que les sueltan aquello de "si a mi que hice tantos deberes me ha ido tan mal... cómo le irá a mi hijo que no hace nada?"... sin darse cuenta de que si un modelo ha demostrado que no funciona, no hay que ahondar en él, sino cambiarlo.

Desde aquí, todo mi apoyo a los que lucháis cada día porque otra educación sea posible.